Siempre apostando por tratamientos minimamente invasivos para prolongar la vida útil de las piezas dentales dañadas.
Normalmente, la odontología conservadora se ocupa de la restauración de los tejidos duros de los dientes (esmalte y dentina) que han sido destruidos por:
• Caries.
• Traumatismos.
• Alteraciones en el desarrollo.
• Alteraciones por desgaste.
Siempre apostando por tratamientos minimamente invasivos para prolongar la vida útil de las piezas dentales dañadas.
Normalmente, la odontología conservadora se ocupa de la restauración de los tejidos duros de los dientes (esmalte y dentina) que han sido destruidos por:
• Caries.
• Traumatismos.
• Alteraciones en el desarrollo.
• Alteraciones por desgaste.
Gracias a las restauraciones de composite el especialista puede remplazar el tejido dental que se ha perdido como consecuencia de una caries o una fractura, por un material artificial de restauración, llamado resina compuesta o composite.
El tratamiento de las caries mediante obturaciones de composite (conocidos más habitualmente como “empastes”) es un procedimiento de restauración dental muy común.
Asimismo, con este material también podemos restaurar un diente tras un traumatismo logrando la estética y la función correcta del diente.
También se pueden corregir alteraciones de forma o color gracias a unas finas láminas de composite denominadas carillas, que se colocan sobre el diente y aportan un aspecto natural.
Todas ellas son restauraciones mínimamente invasivas, ya que no se suelen tallar los dientes, por lo que este no pierde fuerza estructural.
Las coronas o fundas son coberturas completas o parciales de la superficie de los dientes.
La corona se realiza cuando el diente está muy deteriorado y no existe estructura dentaria remanente suficiente, ya sea porque el diente se haya destruido por caries, traumatismos o desgastes.
Las coronas de porcelana y circonio ofrecen buenos resultados estéticos y aportan a la pieza dentaria resistencia y durabilidad.
El blanqueamiento dental es un tratamiento de odontología estética que tiene por objetivo hacer que la dentición adquiera una tonalidad más blanca y brillante.
Es de especial importancia el manejo de los agentes blanqueadores, siguiendo un protocolo adecuado de diagnóstico, planificación del procedimiento y mantenimiento de los resultados.
El blanqueamiento dental puede realizarse mediante dos procedimientos.
Blanqueamiento dental realizado en la consulta odontológica. Se lleva a cabo en la clínica dental mediante la aplicación de un agente blanqueador a base de peróxido de hidrógeno al 35%. Es un método muy eficaz, ya que se maneja una alta concentración del componente blanqueante bajo el control de un dentista.
Blanqueamiento ambulatorio con la supervisión de un dentista. En este tipo de blanqueamiento la concentración de peróxido de carbamida es del 10%. Este método se realiza en el domicilio del paciente, bajo las indicaciones del dentista. Del mismo modo que en el blanqueamiento anterior, es necesario realizar antes del tratamiento una revisión oral.
Según la legislación vigente, los productos blanqueantes con una concentración de peróxido de carbamida superior al 0,3% o con más del 0,1% de peróxido de hidrógeno, únicamente pueden ser distribuidos por dentistas. Realizar un blanqueamiento dental sin supervisión médica conlleva graves riesgos para la salud.
En cuanto a los productos con concentraciones inferiores al 0,1% de peróxido de hidrógeno, estos sí son inocuos para la salud, por lo que su libre distribución no presenta riesgos, si bien su eficacia es prácticamente nula.
El blanqueamiento dental es un tratamiento de odontología estética que tiene por objetivo hacer que la dentición adquiera una tonalidad más blanca y brillante.
Es de especial importancia el manejo de los agentes blanqueadores, siguiendo un protocolo adecuado de diagnóstico, planificación del procedimiento y mantenimiento de los resultados.
El blanqueamiento dental puede realizarse mediante dos procedimientos.
Blanqueamiento dental realizado en la consulta odontológica. Se lleva a cabo en la clínica dental mediante la aplicación de un agente blanqueador a base de peróxido de hidrógeno al 35%. Es un método muy eficaz, ya que se maneja una alta concentración del componente blanqueante bajo el control de un dentista.
Blanqueamiento ambulatorio con la supervisión de un dentista. En este tipo de blanqueamiento la concentración de peróxido de carbamida es del 10%. Este método se realiza en el domicilio del paciente, bajo las indicaciones del dentista. Del mismo modo que en el blanqueamiento anterior, es necesario realizar antes del tratamiento una revisión oral.
Según la legislación vigente, los productos blanqueantes con una concentración de peróxido de carbamida superior al 0,3% o con más del 0,1% de peróxido de hidrógeno, únicamente pueden ser distribuidos por dentistas. Realizar un blanqueamiento dental sin supervisión médica conlleva graves riesgos para la salud.
En cuanto a los productos con concentraciones inferiores al 0,1% de peróxido de hidrógeno, estos sí son inocuos para la salud, por lo que su libre distribución no presenta riesgos, si bien su eficacia es prácticamente nula.